Ruta de senderismo de las Cascadas Almedinilla (Córdoba)
El rio Caicena que atraviesa el pueblo, forma una espectacular cascada en pleno centro del pueblo, la cascada del Zurreón. Se trata de un lugar muy concurrido sobre todo en época estival, ya que proporciona abundantes sombras y sirve para darse un buen chapuzón. Justo al lado hay una zona con mesas de picnic.
Desde allí subimos hasta el Puente de La Veguilla, para continuar caminando por un sendero en paralelo al río Caicena, tenemos un recorrido de unos 2 km. que nos lleva a la cascada del Salto del Caballo, conocida por este nombre por una leyenda que cuenta, que un caballo desbocado saltó desde arriba, cayendo en la piscina natural que la propia cascada ha elaborado.
En esta ocasión, debido a la escasez de lluvias en otoño-invierno, la cascada está prácticamente seca.
En el recorrido podemos contemplar la vegetación propia del bosque mediterráneo: encinas, quejigos, olivos, almendros…arbustos como la retama, gayumba…o plantas como el tomillo, la lavanda, el marrubio, el poleo o el hinojo. Por la vera del rio hay chopos, álamos, fresnos, almeces, sauces… refugio de multitud de pájaros ( mirlo, ruiseñor, verderón, jilguero…), ranas, sapos, así como las huellas de los jabalíes en su búsqueda de tubérculos…
LEYENDAS DE ALMEDINILLA:
Mito del Hermafrodita.- Cuenta el mito que el hijo de Hermes (mensajero de los dioses griegos) y Afrodita (diosa del amor), llamado Hermafrodito, era un joven adolescente, guapo, hermoso, que un día, paseando llegó a un lago de limpias y cristalinas aguas. En él, vivía la ninfa Salmacis, joven atractiva, la cual le gustaba adornarse con flores para observarse en tan limpias y esplendorosas aguas. Al detenerse en la orilla del agua, Hermafrodito vio a Salmacis, quedando atónito por tanta belleza, pero cuando la ninfa le vio a su vez, se quedó impactada de tanta hermosura y belleza, enamorándose de inmediato de él, por lo que le dijo: “Apuesto muchacho, feliz se te ve y feliz la mujer que haya de compartir su vida contigo, si es que la tienes, pues yo, de no ser así, te amo y me encantaría compartir mi lecho contigo”. Hermafrodito, que no sabía nada respecto al amor, se sonrojó al oír a la ninfa y huyó apresuradamente. Ella quedó dolida con su marcha pero nada podía hacer, diciéndose a sí misma: “Insistiendo no conseguiré nada, lo mejor será esperar y que el tiempo haga su trabajo”. Salmacis esperó en las profundidades del lago, desde donde espiaba a todos los que se acercaban a la orilla, por si alguno de ellos era Hermafrodito. Hasta que un día de mucho calor Hermafrodito regresó al lago. Al no ver a la ninfa se quitó la ropa y se dio un baño. Salmacis, sin poder contener más su pasión, se abrazó fuertemente a Hermafrodito y aunque éste intentó separarse de ella, nada consiguió. La ninfa no estaba dispuesta a dejarlo marchar de nuevo y gritó a los dioses: “Oh Dioses, escuchad mis súplicas. Yo, Salmacis, deseo estar siempre unida a este joven y de igual forma, que siempre forme parte de él”. Los dioses escucharon la petición, conmocionados por su amor, e hicieron fusionarse sus cuerpos, de manera que se convirtieron en un ser de doble naturaleza, o sea, de doble sexo.
Leyenda de la Encantá.- Cuenta la leyenda que en la noche de San Juan, cada año aparece en la orilla del río Caicena el espíritu de una joven mora que busca desesperadamente a su amado. La leyenda se remonta a una época cuando en la bética árabe el amor entre una mora y un cristiano era imposible.
Una bella joven mora del pueblo bajaba al río a lavar diariamente. Un día se encontró con un joven cristiano que quedó prendado de ella. Enamorados, iniciaron un romance que no pudieron mantener en secreto, ya que los hermanos de ella los descubrieron y dieron muerte al joven cristiano.
Cuando ella halló el cadáver de su amado, se escapó para vivir el resto de sus días en una cueva cercana. Desde que sucediera tal hecho, los lugareños comentan que cada noche de San Juan se ve a la joven bajando hasta la orilla del río con la esperanza de encontrarse con su amado.
Conmemorando esta trágica leyenda, cada año se celebra en Almedinilla la noche del 23 al 24 de junio «La Encantá» que empieza con un pasacalles.
Tras cuatro paradas donde aparecen los diferentes elementos de la naturaleza (tierra, agua, viento y fuego) finaliza en los alrededores del río Caicena donde se suele hacer una la recreación histórica de la leyenda «La Encantá».