Trujillo (Cáceres)
Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla acordaron en el palacio de Luís de Chaves en Trujillo unificar sus reinos y llamarse en lo sucesivo Reyes de España.
Perderse en Trujillo es garantía de sorpresa. Al inicio de cada cuesta o en la esquina de una plaza aparece una iglesia, una torre o un palacio.
El emplazamiento estratégico de Trujillo favoreció un cruce de culturas. Aquí convivieron, pelearon y se mezclaron diversos reinos y culturas. Fue tierra de conquistadores, que partieron desde aquí hasta el Nuevo Mundo: Francisco Pizarro, Francisco de Orellana, Alonso de Hinojosa, Diego García de Paredes, Gaspar de Carvajal, Francisco y Gonzalo de las Casas entre otros. Pizarro descubrió el Perú y Orellana el Amazonas.
Por aquí pasan las vías romanas y las cañadas reales de la transhumancia. Por sus calles pasaron musulmanes, cristianos y judíos.
La ciudad tenía 7 puertas de acceso a su recinto amurallado. Cuando se construyó la Plaza Mayor como un gran mercado comenzó la vida extramuros: con las edificaciones de San Martín, la casa de Chaves o Peso real, la de la Cadena o Chaves Orellana, el palacio de San Carlos y Piedras albas o de la Conquista. Los rastros de los conquistadores trujillanos son visibles en este lugar. Allí se encuentra uno de los iconos más reconocibles de la población: la estatua de Pizarro.
La mayoría de monumentos de Trujillo se concentran en torno a su Plaza Mayor. Una de las plazas más conocidas y bellas de España. Hace siglos, la plaza era ocupada por comerciantes y artesanos. Posteriormente, los indianos construyeron palacios y casas señoriales. La estatua ecuestre de Pizarro delante de la iglesia de Santa María la Mayor fue realizada por el escultor americano Charles Cary Rumsey, que elaboró 3 estatuas idénticas. Una, la ubicada en Trujillo, ciudad natal de Pizarro; otra en Lima, donde se encuentra enterrado; y la tercera en la ciudad natal del escultor, Buffalo. El Palacio del Marqués de la Conquista fue construido por Hernando Pizarro, hermano del conquistador. En su balcón destacan los bustos de ambos hermanos acompañados por sus respectivas esposas.
De entre todos sus monumentos, destaca la Iglesia de San Martín (construida entre los siglos XIV y XVI). La iglesia de San Martín, de estilo tardogótico, con una sola nave pero de altura como las góticas. Empieza en el siglo XIV y se termina en el XVII. El suelo está lleno de lápidas porque no hay cementerio hasta el siglo XVI. Destaca la virgen de la Coronada, del antiguo templo de los templarios. Es de talla románica y sorprende por su buena conservación.
La iglesia de Santiago se llama así porque los Tapia eran de la orden. Aquí estuvieron Templarios, orden de Calatrava y Alcántara. Fue torre defensiva. La iglesia es de origen románico. Está llena de símbolos de la orden de Santiago.
La iglesia de Santa María la Mayor es la primera iglesia que se construye en la época de Reconquista después de derruir la mezquita original. Es de origen románico, tuvo un desarrollo gótico y una finalización renacentista. Es monumento nacional.
Merece la pena la subida a las dos torres: la renacentista y la románica, por sus extraordinarias vistas.
El castillo de Trujillo, en realidad es una alcazaba, una construcción defensiva de origen árabe. Del siglo IX. Aquí no hay torre del homenaje, ni escudos. Lo que sí que hay es un enorme patio de armas, un gran recinto cuadrado con veinte torres, puerta de arco de herradura y dos aljibes en su interior. Uno de ellos se puede visitar. La fortaleza está dedicada a Ntra. Sra. de la Victoria, patrona de la ciudad, a quien se atribuye el mérito de la reconquista de Trujillo.
La Casa de los Chaves es del siglo XVI. Está muy bien conservado. Fue residencia de los Reyes Católicos. Chaves ayudó a Isabel en su lucha contra Juana la beltraneja —que se refugió en su huida en la alcazaba de Trujillo—. Ese esfuerzo fue recompensado. Aquí fue donde se redactó la famosa frase «Tanto monta, monta tanto«. Y el lugar en el cual se firmaron las capitulaciones matrimoniales de Isabel y Fernando, uniendo ambos reinos y pasando a denominarse “Reyes de España”
Como curiosidad decir que en la década de los 70 del siglo pasado, Antonio Serván, el cantero que se encargó de la reconstrucción de la iglesia de Santa María la Mayor de Trujillo (siglo XIII), quiso dejar su marca personal y se tomó la licencia de esculpir, a modo de capitel, un escudo del Athletic de Bilbao, pues era un gran forofo del Athletic .