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Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)

Santo Domingo de la Calzada debe su nombre a su fundador Domingo y nace por y para el Camino de Santiago. Su entramado de calles medievales, declarado Conjunto de Interés Histórico-Nacional, alberga un valioso patrimonio.

En el siglo XI esto era un gran bosque de encinas a orillas del río Oja. En el corazón del bosque se instaló un ermitaño de nombre Domingo (1019-1109), que dedicó todos sus esfuerzos a facilitar el tránsito a los peregrinos que se dirigían hacia Compostela. Construyó un puente sobre el río Oja. Desmontó parte del bosque para abrir una calzada segura. Levantó un hospital y un templo para el socorro material y espiritual de los peregrinos. Sus 90 años de vida le permitieron ser enfermero, médico, cocinero, albañil y arquitecto, liberador de esclavos o “el santo milagrero”, representado en distintas biografías e iconografías. Creó un pequeño pueblo alrededor de su ermita y un albergue de Peregrinos que desde 1965 es el Parador de Turismo.

Alfonso VIII le concedió fueros (s. XII y XIII) para potenciar su crecimiento. En los siglos XIV y XV, Pedro I “El Cruel”  construye la muralla (tuvo hasta 28 torreones de 12 metros de altura, un perímetro de más de un kilómetro y medio y hasta siete puertas de acceso). En el XVIII se produce una gran remodelación en la ciudad. En 1973, su casco antiguo fue declarado Conjunto de Interés Histórico Artístico.

La leyenda más conocida es la del gallo y la gallina.

«Un matrimonio alemán y su joven hijo se dirigen en peregrinación a Compostela. Al llegar a Santo Domingo se hospedan en un mesón. La hija del mesonero se enamora del joven, pero al no ser correspondida decide vengarse ocultando una copa de plata en el equipaje del joven. Cuando éste abandona la ciudad la muchacha denuncia el robo. Al ser registrado, se encuentra entre sus pertenencias la copa por lo que es acusado de robo y condenado a la horca. Sus padres continuaron la peregrinación y ya de vuelta comprueban que su hijo permanece vivo colgado de la horca porque Santo Domingo le sostiene desde abajo. Acuden a contar el suceso al corregidor de la ciudad pero éste, escéptico, comenta que el joven está tan vivo como un gallo y una gallina asados que en ese momento se disponía a comer. Al instante las aves recuperan las plumas y la vida, dando fe del portentoso milagro. De aquí el dicho que dice: Santo Domingo de la Calzada, donde cantó la gallina después de asada.»

En el escudo de la localidad y en el crucero de la catedral se conservan el gallo y la gallina como símbolo del milagro atribuido a Santo Domingo. En una hornacina del mismo templo se mantienen siempre dos aves como recuerdo de este hecho.

Otro famoso milagro del Santo es el milagro de la hoz, con la que se dice que taló todo un bosque de encinas. «El santo propuso a los habitantes del lugar, que le permitiesen cortar sólo los árboles que pudiera usando una simple hoz de segar trigo, los lugareños se lo permitieron divertidos, hasta que vieron la facilidad con la que esa milagrosa hoz talaba todo tipo de árboles.» Esta hoz se encuentra sobre la tumba del santo.

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