Córdoba
Córdoba cuenta con un patrimonio monumental único: la Mezquita-Catedral (S.VIII), Patrimonio de la Humanidad; el Alcázar de los Reyes Cristianos (S.XIV); la Judería con su Sinagoga (S. XIV); la Ciudad Califal de Medina Azahara (S.X); la Capilla Mudéjar de San Bartolomé (S.XIV); las Iglesias Fernandinas; la Plaza de la Corredera; el Puente Romano…
Cuna de filósofos como Séneca, Averroes o Maimónides o de poetas como Luis de Góngora y Ángel de Saavedra, es una ciudad cargada de histórica, cuyo centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Ciudad de los Niños y las Niñas, un paraíso para los más pequeños
Uno de los puntos más populares que visitar en Córdoba en familia es el parque la Ciudad de los Niños y las Niñas. Cuenta con 4 hectáreas de zonas verdes con atracciones infantiles para niños de todas las edades como columpios, barcas, tirolinas, fuentes, etc. Durante cada época del año, se realizan actividades dirigidas a los niños tales como cuenta cuentos, yincanas y diferentes talleres. Posee baños, zonas de descanso, merenderos, kiosko-bar y hasta un botiquín de primeros auxilios, por si ocurre cualquier percance.
Alcázar de los Reyes Cristianos
Mandado a construir en 1328 por Alfonso XI. Conjunto arquitectónico con un carácter sobrio en su exterior y que oculta un espléndido interior, con magníficos jardines en los que el agua tiene un papel fundamental y bellos patios que mantienen una inspiración mudéjar. Sus muros fueron testigos de la entrevista de los Reyes Católicos y Cristóbal Colon.
Una fortaleza en la que los Reyes Católicos pasaron varios años. Además, fue el lugar en el que Cristóbal Colón les solicitó la ayuda para emprender el viaje que le llevaría a descubrir América.
En el Salón de los Mosaicos pueden apreciarse los mosaicos romanos descubiertos bajo la plaza de la Corredera en 1959. También hay un sarcófago del siglo III. Desde este salón se accede a los Baños Reales y al Alcázar de los Reyes Cristianos.
Es una fortaleza-palacio que fue residencia de los reyes católicos durante su reconquista de Granada. En su interior puedes ver los salones reales, los baños árabes, la capilla y el museo. Pero lo más destacado son sus jardines, con fuentes, estanques, flores y árboles que crean un ambiente de paz y belleza.
Puente Romano
Construido a principios del siglo I, durante la época de dominación romana en Córdoba, con sus 331 metros cruza el río Guadalquivir. Desde 1931 está declarado Bien de Interés Cultural y desde 1994, al igual que el resto del centro histórico, está considerado Patrimonio de la Humanidad. El Puente Romano y la Torre de la Calahorra: El Puente Romano es el símbolo de la unión entre las dos orillas del río Guadalquivir y una de las postales más bonitas de Córdoba. Fue construido en el siglo I a.C. y reformado varias veces a lo largo de la historia.
Torre de la Calahorra
La Calahorra es una torre defensiva de origen árabe que se encuentra en uno de los extremos del Puente Romano. Es visitable y desde su parte más alto se disfruta de una preciosa perspectiva del Puente Romano con la Puerta del Puente y la Mezquita-Catedral al fondo.
Al final del puente se encuentra la Torre de la Calahorra, una fortaleza árabe que alberga el Museo Vivo de al-Andalus, donde puedes aprender sobre la convivencia de las tres culturas (musulmana, cristiana y judía) que marcaron la historia de Córdoba.
Calleja de las Flores
Ubicada en pleno barrio de la Judería, cerca de la Mezquita Catedral, la Calleja de las Flores está considerada una de las calles más bonitas de España. Se trata de una pintoresca y estrecha calle muy andaluza, plagada de macetas de geranios y gitanillas, con balcones enrejados llenos de flores que aromatizan el paseo del visitante. Está en pleno barrio de la judería.
La Judería
Cientos de calles estrechas y retorcidas forman la preciosa judería de Córdoba. La mejor manera de conocerlos todos los rincones es andado por su calle sin rumbo, dejándote llevar por lo que te vaya llamando la atención.
Es el barrio más antiguo y pintoresco de Córdoba, donde vivía la comunidad judía en la época medieval. Pasear por sus estrechas calles, llenas de flores, patios y rincones con encanto, es una delicia. No te pierdas la Sinagoga, una de las pocas que se conservan en España, la Casa de Sefarad, un museo dedicado a la cultura judía, y la Calleja de las Flores, una de las más fotogénicas de la ciudad.
Museo Arqueológico
Se inauguró en 1867 pero no fue hasta 1960 cuando se instala definitivamente en el Palacio de los Páez de Castillejo, donde tiene su sede actualmente. Dos años después, en 1962, es declarado Monumento Histórico Artístico. Tiene varias salas donde se exhiben colecciones de la Prehistoria, protohistoria, cultura romana, arte visigodo y cultura islámica. La entrada es gratuita.
Se inauguró en 1867 pero no fue hasta 1960 cuando se instala definitivamente en el Palacio de los Páez de Castillejo, donde tiene su sede actualmente. Dos años después, en 1962, es declarado Monumento Histórico Artístico. Tiene varias salas donde se exhiben colecciones de la Prehistoria, protohistoria, cultura romana, arte visigodo y cultura islámica. La entrada es gratuita.
Casa y callejón de las 7 Cabezas
La Casa de las Siete Cabezas es una de las mejores muestras de una Casa-Patio. Se sitúa en el barrio de la Judería, parece ser que fue Alcázar de Almanzor y prisión de Gonzalo Gustioz, padre de los Siete Infantes de Lara, quien según la leyenda, contempló las cabezas seccionas de sus hijos presentadas en bandeja de plata y posteriormente expuestas en el oscuro callejón colgadas en cada uno de los arcos, de ahí que esta estrecha vía tenga siete arquillos.
Iglesia de San Francisco y San Eulogio
Fue fundada por el Rey Fernando III el Santo como Monasterio de San Pedro el Real, siendo considerada en 1981 Monumento Histórico Artístico. En el exterior destaca su portada realizada en mármol y de estética barroca, en la que se puede ver una hornacina con la imagen de Fernando III el Santo. Frente a la Iglesia de San Francisco se encontraba una de las entradas embutidas en la muralla que comunicaban la Medina y el barrio oriental. En su interior se ubican numerosas capillas y altares,
Plaza de la Corredera
En el centro de la ciudad. Tiene la particularidad de que es la única plaza mayor cuadrangular de Andalucía al estilo de las castellanas. Fue declarada Bien de Interés Cultural ocupando el primer puesto en diversos rankings de las plazas más bonitas de España. Es un lugar perfecto para tapear y saborear la gastronomía cordobesa.
Templo Romano de Córdoba
Descubierto en 1952 durante las obras de ampliación del ayuntamiento. Se trata de una construcción con seis columnas en la fachada, planta rectangular y elevado sobre un podium al que se accede por una escalinata situada en el lado oriental.
Plaza de las Tendillas, el centro neurálgico de la ciudad
Es la plaza más transitada e importante que visitar en Córdoba. En el siglo XV, si situaban diversas tiendecitas de artesanía, de ahí su nombre. Un amplio espacio rodeado de cafeterías, restaurantes, tiendas y edificios históricos.
La Mezquita-Catedral de Córdoba fue construida en el siglo VIII bajo el mandato del Emir Abd ar-Rahman I sobre los restos de una iglesia cristiana visigoda (la Basílica de San Vicente Mártir). El Emir quería que Córdoba eclipsase a Bizancio y Bagdad en ciencia, cultura y artes, de dónde el sultán había tenido que huir tras el derrocamiento de su familia en Damasco. Tras varios siglos, las dimensiones de la mezquita siguieron creciendo gracias a las aportaciones de otros califas.
En 1236, la mezquita se convirtió en una iglesia Cristiana, cuando Córdoba fue conquistada por Fernando III de Castilla. Los cristianos decidieron preservar la mezquita en lugar de destruirla, realzando su belleza con la aportación de nuevos espacios y monumentos.
En Córdoba se come muy bien, además, en la mayoría de los bares te ponen tapa gratis. En su gastronomía destaca: el flamenquín, el salmorejo, el rabo de toro, las berejenas fritas con miel, jamón ibérico, queso ibérico, mazamorra cordobesa y japuta en adobo, entre otras.