Huesca, ciudad milenaria

Huesca, una ciudad milenaria, con huellas de asentamientos de la Edad de Bronce, la Edad de Hierro, el período prerromano, romanos, visigodos y musulmanes hasta la conquista cristiana por el rey Pedro I en 1096. La ciudad medieval fue corte real en el palacio que actualmente alberga el Museo Arqueológico Provincial, lugar asociado a su vez a los hechos que narra la famosa leyenda de la Campana de Huesca, que tuvo como protagonista al rey Ramiro II, apodado el Monje.

De época medieval data la Iglesia y Claustros románicos de San Pedro el Viejo y la Catedral, de estilo gótico. Al mismo tiempo, fue creada la Universidad de Huesca (1354, suprimida en 1845). En el siglo XIX. Huesca se convirtió en capital de la provincia. La Plaza de la Catedral es el epicentro de Huesca. En su entorno se encuentra la Catedral de Santa María, el Museo Diocesano y la Casa Consistorial.

La Catedral está considerada una joya del gótico, declarada Monumento Histórico Artístico en 1931. Del exterior llama la atención su portada flanqueada por 14 esculturas de piedra, representan a once apóstoles, Juan Bautista y los dos santos patronos de Huesca, San Lorenzo y San Vicente. El retablo mayor renacentista fue realizado en alabastro por Damián Forment, el mismo que realizó el retablo mayor de la Basílica del Pilar de Zaragoza. El Museo Diocesano, anexo a la Catedral, acoge las mejores obras de arte sacro de toda la provincia.

El Ayuntamiento, frente a la Catedral, es una joya del Renacimiento aragonés.

El Museo de Huesca, creado después de la Desamortización de Mendizábal, se encuentra en el antiguo Palacio de los Reyes de Aragón, acogiendo una sección de arqueología y otra de bellas artes, contando con varias obras de Francisco de Goya. En una de sus salas cuentan se produjo la historia de la leyenda de la Campana de Huesca.

El Monasterio de San Pedro el Viejo es una joya del románico aragonés, destacando sobre todo el claustro, único historiado románico de Aragón. Hizo las veces de panteón real, albergando los restos de algunos reyes aragoneses.

El Casino de Huesca, también llamado Círculo Oscense, es el mejor ejemplo del modernismo en la ciudad, está ubicado en la Plaza de Navarra. Fue construido a principios del siglo XX, con excelentes vidrieras, tapices, muebles y esculturas de la época.

También es interesante visitar el Parque Miguel Servet, el pulmón verde de Huesca.