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Íllora (Granada)

Íllora (Granada) recibiría el nombre de Illurco en la Edad Antigua. Fue poblada por suevos, visigodos y, con los árabes, será un importante núcleo poblacional del cinturón de la ciudad de Granada. Existen restos arqueológicos pertenecientes a la prehistoria, el Neolítico y principalmente de la Edad del Cobre. Hacia el 600 a. C. los cartagineses desembarcaron en la península ibérica imponiendo su autoridad sobre los fenicios y, con una política hábil, consolidan las bases de su imperio. Cuando llegan los romanos se asientan en poblados ya existentes, entre ellos en Illurco. Durante el periodo musulmán Íllora debió de ser un pueblo importante con fortaleza y arrabales.

Tras la conquista de Loja en 1486 se produjo la toma de la villa de Íllora por parte de los Reyes Católicos que nombraron a Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán) como su primer alcaide cristiano.

El Castillo de Íllora, en lo alto de una peña, se encuentran las ruinas del antiguo castillo de Íllora, aunque de él apenas se conservan algunos restos de las murallas. Dicho castillo data del periodo califal (siglos IX-X) y está estructurado en tres recintos: la villa, la alcazaba y el arrabal. En 2010 empezaron las obras de restauración y reconstrucción del castillo y actualmente se puede hacer visitas guiadas por el recinto. Fue, junto con el Castillo de Moclín, una de las defensas más importantes del Reino nazarí.

Con la caída de la Alcazaba de Loja, en mayo de 1486, las demás que estaban cerca, fueron cayendo al poco tiempo. El Castillo de Íllora fue tomado el 30 de mayo de 1486. Gonzalo Fernández de Córdoba, “el Gran Capitán”, fue nombrado alcaide y tenente de la fortaleza de Íllora.

El Castillo, tras perder su función defensiva, fue abandonándose poco a poco, a partir del siglo XVI, se cegó la puerta de comunicación con el adarve, y se habilitó una nueva entrada a la villa. A finales de esa centuria se procedió a la demolición o destrucción intencionada de la mayor parte de la fortaleza. Su interior fue saqueado hasta el extremo, siendo utilizado como cantera de materiales constructivos para muchas de las casas en el pueblo, levantadas desde el siglo XVII hasta bien entrado el XIX. Su interior fue utilizado como tierras de cultivo.

El castillo tiene una estructura al mismo tiempo fortaleza y núcleo poblado, formado por tres recintos: la villa, la alcazaba y el arrabal.

La Villa 

El primer recinto de la fortaleza es de planta de tendencia circular. Se ha perdido casi todas las murallas de tapial de este recinto. La villa se abandonó en el primer cuarto del siglo XVI. En este espacio convivían pequeñas tiendas, viviendas, almacenes, corrales y hornos.

La Alcazaba 

En la parte más elevada del cerro, se encuentra la alcazaba. Su planta es de tendencia oval, y allí se encontraba la guarnición militar. Mide unos 65 metros de largo por 25 metros de ancho y se encuentra perimetrada por una muralla con cinco torres.

La Torre del Homenaje fue levantada en el siglo XII y remodelada y ampliada posteriormente. Se construyeron un silo y un gran aljibe en su planta baja. En los últimos estudios arqueológicos se han podido documentar hasta cinco aljibes, uno de ellos bajo la torre del Homenaje, con capacidad para almacenar 470 metros cúbicos de agua.

El Arrabal 

Es el tercer recinto y se encuentra en la ladera suroeste. Su planta es casi triangular y está rodeado por el cortado de la roca.

En 2010 comenzaron las obras de restauración del Castillo de Íllora, se han vuelto a levantar la mayoría de las estructuras que conformaban la fortaleza, tanto sus muros perimetrales, como de las torres, y de los aljibes. Estas son fácilmente reconocibles pues el flamante color claro de los mampuestos y el gris del hormigón delatan su reciente construcción.

La Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación (siglo XVI) monumento histórico-artístico, catalogado como Bien de Interés Cultural desde 1980. Se inicia su construcción en 1541, con las obras de la capilla mayor y la torre sobre un solar que fue probablemente ocupado por una mezquita primero y por una iglesia mudéjar después. Durante los siglos XVII y XVIII se construyen las bóvedas de la nave y el coro. El estilo que predomina en el templo es renacentista con ciertas pervivencias góticas.

Artísticamente se trata de un templo sobrio pero monumental, con dos portadas que permiten el paso al interior. Es de nave rectangular, dividida en cuatro tramos por pilastras que rematan en una cornisa que recorre toda la iglesia.

El Archivo de la Iglesia Parroquial de Íllora es bastante rico y contiene documentos desde el siglo XVI. Esta riqueza documental no se conocía hasta los años 70, ya que todo el fondo antiguo del archivo estaba oculto, escondido tras un hueco en el muro de una de las capillas. Fue Cristóbal Martín, el sacristán, quién lo encontró y lo rescató de las décadas que este tesoro de piel y papel había pasado en el olvido.

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