Labastida (Álava)
Labastida, en la provincia de Álava, según Julio Caro Baroja, se fundó como Villa entre el siglo XII y el XIV de la mano de los monarcas navarros. Sancho «El sabio» fundó el templo-fortaleza hoy conocido como la ermita del Santo Cristo.
Labastida pasó de pertenecer a Navarra a ser de Castilla hacia 1.200 como consecuencia de las invasiones castellanas por tierras navarras y alavesas bajo Alfonso VIII. El siglo XVII fue el siglo de su esplendor, se inaugura la Iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción y se trasladan a la Villa las reliquias de los Santos Mártires de Cárdena.
Tras la «Guerra de Sucesión» (s.XVIII) y la instauración de los Borbones en España, Labastida continúa su esplendor: se construye la nueva sacristía, el Ayuntamiento, se arregla la plaza, la cárcel…
La primera guerra carlista (1.833-1.840), un azote de peste y un saqueo de la Villa por los liberales le llevan a la decadencia. En 1.870 la tercera guerra carlista y tras ella una plaga de filoxera en los viñedos les arruinó y fueron muchos los que tuvieron que emigrar. En las últimas décadas el turismo, la modernización de la agricultura y el sector del vino han vuelto a relanzar la economía local.
En Labastida son diferenciables dos cascos históricos, el medieval en la parte alta de la villa y el de la parte baja, renacentista y barroco. En la parte alta, nos encontraremos con el templo fortaleza del Santo Cristo. Cuesta abajo llegamos a la plaza del Olmo y a sus callejuelas de la antigua judería. En la zona baja, declarada como conjunto histórico monumental, la plaza de la Paz, el palacio Salazar y el Ayuntamiento, de estilo barroco y, enfrente la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Al final de la calle Mayor, el arco Larrazuria, una de las dos antiguas entradas a la villa.
La Iglesia de nuestra señora de la Asunción está ubicada en la plaza del pueblo, frente al ayuntamiento y la casa de la cultura, fue construida entre los siglos XVI y XVIII. Su silueta, compuesta por la torre, la iglesia y la sacristía, es todo un emblema de la localidad, con su retablo mayor y el órgano del siglo XVII.
Arriba de Labastida tenemos la Ermita del Santo Cristo (s. XVI), un templo católico que en el pasado también fue utilizado como fortaleza.
El Palacio de los Paternina en la Calle Mayor, cerca del ayuntamiento, es una mansión del siglo XVI, que dicen enamoró al propio Napoleón con sus escudos, muros y balcones. El ayuntamiento, frente a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, es una edificación construida en el siglo XVIII y declarada Monumento Nacional.
Detrás de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en la calle la mota baja, encontramos uno de los antiguos lagares de Labastida. Uno de los muchos lagares rupestres que se tallaron sobre la propia roca. Espacios, donde los antepasados elaboraban vino siguiendo las técnicas romanas hace más de 1.000 años.
Labastida, basa su economía en el vino, pilar fundamental de esta localidad alavesa que cuenta con algo más de 1.400 habitantes y una veintena de bodegas.